El latido de la Galaxia

29.05.2012 07:28

 

En su libro Cosmología Pleyadiana, Barbara Hand Clow nos dice que la galaxia pulsa todo el tiempo como un gran corazón que está latiendo. Este pulso soporta la forma de los brazos galácticos en espiral, llenos de energía eléctrica que también está presente en nuestras columnas vertebrales. Esta pulsación en el interior de los brazos en espiral limpia distintas zonas de la galaxia, por medio de sonidos galácticos.

 

 

Por otra parte, sabemos que los mayas ubicaron la pirámide de Kukulcán de tal manera de poder conectar la columna vertebral del hombre con la columna vertebral del universo, el cordón que une al hombre con el Sol y con el centro de la galaxia, Hunab Ku. Esto se lograba sincronizando los dos hemisferios del cerebro. Vibraban colectivamente, como una sola mente, permiendo trascender a nuevas dimensiones del ser.

 

Hunab Ku pulsa energía e información mediante una serie continua de señales llamadas “radio emisiones”. Estas señales sincronizan a todos los seres vivos del universo. Cuando estamos en sincronía con las formas de onda de los ciclos del sol, la luna, las estrellas y los planetas, fluímos con la vida y encontramos la armonía.

 

En la canalización  “Comienzos Universales y el Cosmos Cristo-Eléctrico” de James Tyberonn (en www.Earth-Keeper.com), Metatrón nos dice que el Pulso Cósmico es una fuente omnipotente de fuerza y energía, que ocurre en dos formatos: como un conductor de corriente, y como una rejilla sensible y viviente. Este circuito cristo-eléctrico alimenta al centro de la galaxia. El universo todo es un tejido cristalino electro-magnético, con los cuerpos celestes inmersos en él.

 

La galaxia tiene un sistema de redes, un entramado similar a las Líneas Ley de la Tierra y al sistema nervioso del cuerpo humano. El Pulso Cósmico emana proveniente de esta rejilla cósmica galáctica. Esta rejilla permite que todo lo que se halla dentro de su esfera de influencia se expanda dinámica y creativamente, tal como lo están haciendo las rejillas planetarias en la Tierra, y el Cuerpo de Luz de los humanos.

 

El ser humano tiene una energía áurica que es bio-electromagnética, que recibe códigos y patrones constantemente, y su cuerpo de luz está evolucionando hacia geometrías superiores que le permitirán transportar las frecuencias más elevadas que están ingresando al planeta mediante el Pulso Cósmico.

 

En el Manual de Ejercicios Pleyadianos de Amorah Quan Yin, leemos que la transición que estamos atravesando es única y maravillosa, ya que no sólo el sol está completando un ciclo de 26.000 años alrededor de Alción (la estrella central de las Pléyades), sino que a su vez el sistema pleyadiano está completando un ciclo de 230.000.000 de años alrededor del centro galáctico, y a su vez la galaxia está cerrando una órbita de un multibillón de años alrededor del Gran Sol Central.

 

Cuando esto sucede, la galaxia se conecta diagonalmente con el anillo siguiente de la gran espiral cósmica, y todos los planetas y sistemas solares que contiene así como sus habitantes dan simultáneamente un paso iniciático en un nuevo ciclo evolutivo.

 

Los códigos sagrados necesarios para el despertar espiritual y el salto evolutivo de nuestro sistema solar, nos serán transmitidos desde el Centro Galáctico, Sirio, Alción y Maya (otra estrella del sistema pleyadiano). Estas emanaciones y codificaciones se transmitirán a una vibración tan alta, que requerirá que nuestro sistema nervioso central, así como el cuerpo emocional y el cuerpo eléctrico estén bien sintonizados a fin de poder soportarla.

 

Aquí ofrecemos una meditación para sintonizarse con el latido de la galaxia, estando simultáneamente arraigados y sostenidos por Gaia:

 

Meditación de Alineación y Sincronización con el corazón de Gaia y con el latido del Centro Galáctico

 

  • Sentado en una posición cómoda y con la espalda recta, tomo varias respiraciones profundas para relajarme y eliminar tensiones.

 

  • Visualizo un tubo de luz partiendo desde el corazón de la Tierra, extendiéndose hasta alcanzar mi chakra raíz. Siento cómo se energiza todo mi cuerpo. Me siento amado y sostenido por Gaia. Ella hace posible mi encarnación física.

 

 

  • El tubo de luz sigue extendiéndose hacia arriba, y llega hasta mi chakra cardíaco. Me conecto con el latido de mi corazón, y comienzo a sentir que late al unísono con el corazón de Gaia, ambos conectados por el tubo de luz. Siendo mi unidad con el planeta, y con todos los reinos que lo habitan: mineral, vegetal, animal, humano, elemental y angélico. Todos nutridos y sostenidos por Gaia, nuestra Madre Tierra, y vibrando al unísono con el corazón planetario.

 

  • El tubo de luz continúa extendiéndose hacia arriba, sale por mi chakra corona, atraviesa el Sol y llega hasta el Centro Galáctico. Sin perder mi anclaje y conexión con Gaia, siento que desde el Centro Galáctico emana un latido. Una luz blanco-dorada muy brillante pulsa a intervalos regulares, descendiendo por mi tubo de luz, y llegando hasta mi chakra cardíaco. Mi corazón se sincroniza con este pulso, y a su vez late en sincronía con Gaia. Estoy ahora alineado con el Pulso Cósmico Universal, que sostiene toda la creación.

 

  • El tubo de luz se expande aún más hacia arriba, hacia abajo y hacia los costados, hasta el infinito. Ya no hay arriba ni abajo, quedo inmerso en una intensa luz. Sólo percibo un corazón pulsante, que es la fuente de esa luz. Soy UNO con el Pulso Cósmico Universal.

 

  • Permanezco en esta alineación tanto tiempo como desee.

 

Chrishia Nadys